El alférez de los tercios españoles, era el encargado de defender la bandera por todos los medios, llegado el caso, con su propia vida.

Hay unos cuantos ejemplos de soldados que ostentaron ese grado y cumplieron su cometido llegando a este último extremo, de alguno de ellos conocemos el hecho, pero su nombre ha quedado en el anonimato.

Valga como homenaje a todos ellos, el caso del Alférez Hernando de Illescas que en la célebre batalla de Garellano, en la que el Gran Capitán aplastó a las tropas francesas, fue protagonista de uno de esos episodios heroicos que forjaron la leyenda de estas tropas hasta hacer decir a sus enemigos: ¿No hemos luchado con hombres, sino con diablos!

Don Hernando, portaba la bandera de su compañía, cuando un disparo le machacó el brazo derecho. Cambió la enseña de brazo y continuó el avance, con la mala fortuna de que una bala de cañón, le arrancó el brazo izquierdo. Cogió la bandera con ambos muñones y se lanzó contra el enemigo al grito de ¡España España!

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