Tradicionalmente el pelo largo siempre fue un símbolo de masculinidad.

Todos los grandes guerreros de la historia tenían el pelo largo, desde los griegos (que escribieron odas al pelo de sus héroes) hasta los nórdicos, desde los nativos americanos (famosos por su largo cabello brillante) hasta los japoneses. Y cuanto más largo y hermoso era el cabello, más varonil era considerado el guerrero.

Los vikingos hicieron alarde de sus trenzas y los samuráis llevaban su pelo largo como símbolo de su honor (se cortan la trenza cuando pierden el honor).

Cuando un guerrero fue capturado, su melena fue cortada para humillarlo, para quitarle su belleza. Esa costumbre se reanudó en lo que hoy es el servicio militar. Allí cuando los nuevos soldados comienzan su entrenamiento lo primero que hacen es cortarse el pelo para socavar su autoestima, hacerlos sumisos y hacerles ver quién manda.

Los romanos fueron los que «inventaron» el pelo corto por así decirlo, entre los siglos I y V d. C. En batallas creyeron que esto les daba ventajas defensivas, ya que sus oponentes no pudieron agarrarlos por los pelos. Esto también les ayudó a reconocerse mutuamente en el campo de batalla.

El pelo corto en hombres es una «invención» relativamente nueva que no tiene nada que ver con la estética.

Pero hoy a menudo vemos hombres siendo humillados, a veces llamados «afemin@dos» por llevar el pelo largo, sin saber que el pelo corto es en realidad el «antimasculino» y es una imposición social represiva, mientras que el pelo largo simboliza la libertad.

Compartir
Previous post Libertad Religiosa…
Next post «Don Libro»en la Feria del Libro de Durazno.