Antes de comenzar con este apasionante tema que nos ocupará en los próximos minutos y a fin de no herir susceptibilidades, debo aclarar, que todo lo que leerán o escucharan es fruto de la fertilísima y prosaica imaginación del autor, lo que ustedes supongan, imaginen o sientan, va de su cuenta y yo, no me hago responsable. Cualquier parecido con situaciones de la realidad o que les hayan sucedido, es pura coincidencia…
Cuando uno se ve impelido a pronunciar o a pensar en la palabra “Pelotudo”, realmente siempre hubo alguna profunda causa que lo motivó y enumeraremos algunas de ellas, a saber.
Si alguien sube al ómnibus y recién cuando se encuentra frente a la maquinita expendedora de boletos comienza a revisarse los bolsillos, el bolso o la mochila en busca de la boletera o la billetera para pagar el boleto, mis amigos, sin duda estamos ante una criatura que debe y merece ser llamado pelotudo.
Cuando uno se levanta de su asiento en el ómnibus y va pidiendo permiso a los pasajeros para posicionarse en la puerta del vehículo y al llegar a la misma, escucha una voz de atrás que le pregunta si va a bajar, ése, ese es sin lugar a dudas un pelotudo.
Cuando patinás y te resbalás, o por cualquier causa perdés el equilibrio y te caes al piso, generalmente aparece algún ser que te hace la fatídica pregunta: “¿Te caíste?… Sin lugar a dudas, ése, ese es un pelotudo.
Cuando estás en alguna cola, de las muchas que se deben hacer para realizar cualquier tipo de trámites de los muchos que debemos realizar, y un tipo se pone en la cola detrás de ti, y cuando ya se colocaron como 25 personas detrás de él, y al tipo se le ocurre preguntar:”¿Perdón, esta cola es para tal cosa?”Ese sin dudas, es un pelotudo sin remedio.
Cuando estás en algún evento, llámese teatro, show, discurso, etc. Y alguno se ríe o aplaude después de todos o fuera de tiempo, o peor aún, le suena el cel., a ese, seguramente le van a dar dos medallas, una por pelotudo y otra por si la pierde.
Cuando uno sube a un ascensor que luce bien visible un cartelito que dice: “Solo pisos pares” y durante el viaje alguien pregunta si no para en el quinto piso, ese, pueden estar seguros que es un tremendo pelotudo.
Si algún ser humano viene por la calle, vereda, corredor o donde sea, absorto en escribir o leer textos en su celular y sin noción alguna del espacio en que transita, y te atropella, se da contra un poste, pared o saliente o es atropellado por un vehículo, no lo duden, es un soberano pelotudo.
Si un uruguayo típico, haciendo gala de su condición de tal, anda por la calle, jardín o donde sea, con la inequívoca postura de:”Soy un yorugua”, o sea, mate en la mano izquierda (generalmente) y apretado bajo el mismo brazo el termo y por cualquier circunstancia se agacha y un chorro de agua hirviendo del termo le quema la mano, ese sin dudas es un compatriota, pero también un respetable pelotudo.
Si algún día de lluvia estamos parados en una esquina esperando el momento oportuno para cruzar y pasa un vehículo bien ligero y a propósito, o no, pisa tremendo charco de agua y nos salpica, mojándonos todos y enchastrándonos con esa agua mugrienta y vaya a saber si no contaminada también… ¡Ése!, ese no es un pelotudo, ¡es un tremendo hijo de puta! Pelotudos somos nosotros al `pararnos tan expuestos en una esquina en un día de lluvia donde nadie respeta nada.
¡Pero tranquilos, mucha hora en esa calma! En el caso de que alguno, o todos , se hayan sentido identificados y protagonistas de algunas o de todas las circunstancias antes mencionadas, no se preocupen, no se apenen ni se avergüencen, porque parece ser que ( según recientes y serios estudios realizados) que el ser pelotudo, está profundamente arraigado en el diario comportamiento humano… de unos más, de otros menos… Además, para continuar la vida feliz, cómoda, desesterada y despreocupada, recuerden esta profunda, seria y sincera máxima: “Ser pelotudo, no es una falla de carácter ni un defecto, ser pelotudo, es un estilo de vida”
By: Eddy