Caer el alma a los piés:

Es una expresión sinónima de caer en un estado de total abatimiento repentino por sufrir una fuerte decepción ante algo que no se correspondía con lo esperaba o creía.

Caerse del Burro:

Significa convencerse por fin de que ha estado uno en un error empecinado y reconocerlo.

Cambiarle el agua a las aceitunas:

 Expresión que de manera eufemística al mismo tiempo que castiza que quiere decir orinar. La metáfora se basa en que la preparación de las aceitunas incluía un largo remojo previo del que se debía cambiar frecuentemente el agua para rebajar el amargor natural del fruto.

Meterse en camisa de once varas:

La palabra Vara, antiguamente en España, se refería a una medida de longitud de unos 86 centímetros, por lo que once varas son nueve metros y medio. Lo que viene a ser un tamaño muy exagerado para una camisa y nos traería problemas tener que lidiar con ella. De ahí a meterse en camisa de once varas pasó a simbolizar meterse en problemas.

Carabina de Ambrosio:

La expresión Carabina de Ambrosio, hace referencia a un objeto que no desempeña la función para la que fue diseñado y también para denominar personas inútiles. Cuentan los antiguos que por qllá por Sevilla, España, había un asaltante de caminos llamado Ambrosio,  que amenazaba a sus víctimas con una carabina sin balas y sin pólvora.

Cazarlas al vuelo:

Esta expresión hace referencia a la agudeza e inteligencia de alguien para entender o notar al instante cosas que no se dicen claramente o que se hacen ocultamente. La expresión procede de las artes de Cetrería, muy practicadas en el Edad Media con diversas aves rapaces. En especial la caza con halcones adiestrados en que los mejores halcones descubrían con su aguda vista al instante otras a la vez que volaban y eran capaces de atraparlas en pleno vuelo con gran agilidad.

Colgarle a uno el Sanbenito:

Significa marcar a uno con el descrédito achacándole una culpa vicio o acción. La expresión procede de las prácticas inquisitoriales. Cuando uno era procesado por la inquisición, podía ser condenado a distintas penas que iban desde la retractación pública, ingresar a prisión hasta ser condenado a la hoguera. Y una pena muy común, era condenar al acusado a hacer penitencia llevando un Sanbenito durante un tiempo determinado. Esto era una especie de sobretúnica o saco penitencial a veces marcado con distintos signos según la culpa que se llamaba así porque estaba bendecido más que por su asociación a la orden Benedictina. El condenado debía llevarlo siempre en público durante el tiempo marcado y sólo se lo podía quitar en su casa

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