Les contaré en estas crónicas, las vicisitudes y sorpresas por las que pasé cuando regresé de Japón a Uruguay. ¡Imagínense!, estuve 10 años fuera del país sin regresar, por lo que a mi regreso  tuve que descubrir, o mejor dicho re descubrir infinidad de cosas, lugares y situaciones. Durante ese tiempo que estuve fuera, nuestro país cambió, y cambió muchísimo. Por lo tanto heme aquí, descubriendo cosas cual extranjero recién llegado.

¡Andaba más perdido que corvina en carretera! Figúrense ustedes, que cuando me fui para Japón, a comienzos del ´90 y al regresar a fines del ´99, durante ese lapso, hubo muchísimos cambios en muchísimos ámbitos, del quehacer nacional, la ciudad y su movimiento. Cuando me fui, lo que hoy es la terminal tres cruces, eran un montón de casonas viejas que estaban siendo expropiadas con el fin de tener espacio para hacer la terminal. Y cuando regresé la bendita ya estaba en pleno funcionamiento, cambiando todo lo que yo conocía del transporte de pasajeros interdepartamental de largo alcance.

El Shopping de Punta Carretas, era todavía un presidio con sus reclusos y todo, y ahora era un colosal Shopping y con un tremendo hotel 5 estrellas a su lado.

Portones Shopping, era un campo pelado en Avenida Italia y Bolivia.

El único shopping que había era la primera parte del Montevideo Shopping Center.

Todo había cambiado… yo comentaba con mis amigos, que cuando me fui en el ´90, solo unas pocas personas tenían hornos de microonda, televisor color y lavarropas automáticos y ahora 10 años después, solo yo no tenía esas comodidades…

Cuando me fui, el Mac Donald más cercano era el que estaba en la calle Corrientes en Bs As y ahora en Montevideo había como 30 de ellos.

Para mí, todos estos cambios, me llevaban a tener que reconocer mi propio país.

Ahora ya no tomábamos refrescos con “pajitas” ahora usábamos “Sorbitos”, antes solo algunos lugares te traían tus pedidos a domicilio, ahora todo se hace por “Delivery”, casi todos tenían internet y computadoras. Y hasta el mismísimo viejo y querido lunfardo había cambiado y usaba nuevos vocablos. Tanto es así que cuando yo usaba algunas de las palabras en lunfardo que conocía, me decían que eso era viejo, que ahora se decía de tal forma. Les juro que me sentía un marciano. Inclusive hubo momentos en que llegué a suponer que no había vuelto a Uruguay, que me había equivocado y me había bajado antes del avión, en el Caribe quizá, porque escuchaba en las radios y a los tipos que subían a cantar en los ómnibus y todo eran cumbias, plenas, salsa, bachata, reggae y ese tipo de músicas que personalmente odio. Quise salir a bailar con una chica y ahí me sentí mucho más perdido. Ya no existían aquellos templos de la música donde antes solía ir a bailar. No había más discotecas, y las que había, estaban copadas por esos ritmos pavorosos. ¿Donde estaban “Ton Ton Metek”, “El Castillo de Láncelot”, “La confitería bailable Lido”, “Sunset”, “La Castellana”, “El templo del sol”  y otros tantos que marcaban la movida y el estilo en mis tiempos?

Pensé que en este país ya no se cultivaba más el rock. Un día subió al ómnibus  un flaco con su guitarra y un amplificador chiquito y tocó dos temas de Rock, me emocioné hasta las lágrimas, le dí $50.

Hasta el saludo habían cambiado, antes dábamos la mano o un abrazo, pero ahora saludaban con un beso. Estaba un día con un viejo amigo, y llegó un amigo suyo y él me presentó, y su amigo se largó a plantarme un beso y yo lo esquivé y retrocedí y quedamos los dos como desubicados…

Entre tanta cosa que desconocía, había una que me llamaba poderosamente la atención, ya que habiendo regresado al país en año pre electoral, era constante la propaganda electoral.  Y había uno en particular que me llamaba poderosamente  la atención, y era uno que se anunciaba como “Esmoris Presidente” en afiches pegoteados por todos lados.. Una vez vi su foto y su figura en otros afiches y ahí mi ya poca fe en los políticos se terminó de derrumbar. ¡Aquél personaje desgarbado, con pinta de mugriento y facineroso se estaba promoviendo para ser elegido presidente de los uruguayos!

Mal sabía yo que aquello era “Crónica de una muerte anunciada” ya que a pocos años ese fenómeno que yo suponía ahora se daría en la realidad… y aún peor.

No se imaginan las carcajadas que causé en mis amigos cuando les pregunté sobre tan fatuo personaje y sus altísimas aspiraciones. Ya enterado de quién era Esmoris y de que aquello no pasaba de ser su “Stand Up” y ya más aliviado porque ya no todo estaba perdido en mi país, fui a ver su obra “Esmoris Presidente” y me encantó, pasando desde entonces a ser su fans.

Stand Up, era otra de las novedades que presentaba este Uruguay moderno, antes éramos “Monologuistas”

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